Después de elaborar la masa se deja un tiempo prudencial en reposo y se embute, dejándolo secar aproximadamente unas dos semanas, dando como resultado un embutido con un sabor y textura muy peculiares.
El autocontrol implantado en las industrias de elaboración en lo que respecta a proceso y materias primas, permite la obtención de un producto de máxima calidad.
El plato típico son los huevos fritos con farinato, aunque actualmente existen recetas innovadoras que los profesionales de la hostelería están desarrollando.